Continuando con los artículos referidos al Habla Murciana, ofrecemos este nuevo capítulo
La comarca de la Vega Baja, aun no perteneciendo a la actual Región de Murcia, por su posición geográfica en el último tercio del cauce del Segura se alinea lingüísticamente con las hablas murcianas y el geo lecto de su Huerta. Este territorio formó parte de la Cora de Tudmir, siendo su enclave principal la ciudad de Orihuela, la Uryula islámica.
En 1244 los moriscos se sublevaron y Jaime I acudió en auxilio de su yerno, Alfonso X; más tarde las revueltas musulmanas en Andalucía propiciaron la intervención de Jaime II al sur de la línea Biar-Busot, acordada en el Tratado de Almizra como divisoria entre reinos. Finalmente, la sentencia arbitral de Torrellas pondría fin a las disputas territoriales entre Aragón y Castilla, quedando incorporado a la corona aragonesa Orihuela y su territorio; no obstante, las diferencias entre ambos reinos no acabarían aquí, ya que a mediados del siglo XIV surgiría la llamada guerra de los dos Pedros, reflejada en la miniatura del cartulario de Privilegios de Orihuela que mostramos a continuación.
En
1307 Jaime II creó la Baylía General de Orihuela, con lo que la comarca fue
anexada al Reino de Valencia, aunque ligada directamente al rey como Regnum Valentiae Ultra Sexonam o
Procuració General d’Oriola. La gobernación oriolana desempeñaba el papel de
marca militar, encargada de asegurar la frontera con Murcia y de contener las
frecuentes incursiones berberiscas.
Esta
condición de tierra fronteriza con población morisca asentada en la zona,
tendría su repercusión en varios aspectos, entre ellos los lingüísticos: aunque
la comunidad musulmana hablaba árabe como lengua propia, parte de ellos,
acostumbrados a vivir entre cristianos, también lo hacía en romance. Posteriormente
se produciría la expulsión de los moriscos, un asentamiento importante de gentes
de Murcia y el proceso de cambio de lengua.
La Iglesia era muy
influyente en la sociedad oriolana de la época: los religiosos asumieron la
responsabilidad de la enseñanza, siendo muy estrecha la convivencia entre
frailes y laicos. Si a este influjo añadimos la relación existente entre la
población de las huertas oriolana y murciana, con el Segura como nexo común, se
entiende el contacto de lenguas que se produce en las tierras de la Vega Baja
del río.
En los Libros de
Correspondencia de Clavería, Cambra y Pósito, así como en los Bandos y demás
documentación oficial oriolana se puede observar que su redacción aparece unas
veces en valenciano y otras en castellano. Con frecuencia el idioma empleado en
los escritos va en función de la variedad lingüística propia del destinatario:
así, los dirigidos a instituciones gubernamentales de Valencia emplean la
lengua de este reino, mientras que los remitidos a ciudades de Castilla se
redactan en castellano.
En cuanto al clero, su manifestación es bilingüe: en los Libros de Bautismo los curas emplean el valenciano, pero escriben los nombres propios en esta lengua o en castellano, según el origen de los parroquianos. Por otra parte, esta situación de bilingüismo daría lugar a fenómenos típicos de las lenguas en contacto, tales como alternancias de código e interferencias, tanto fónicas como léxicas y gramaticales.
A principios de siglo
XVII la lengua dominante en Orihuela era el valenciano, que convivía con el
castellano; a medida que avanzan los años aumentaría progresivamente la
penetración del idioma de Castilla, debido a:
-
La orden de expulsión de los moriscos se
produjo el 22 de septiembre de 1609; este hecho creó un grave problema de falta
de mano de obra y favoreció la introducción del castellano, al ser repobladas
tierras con gentes procedentes de Murcia. A mediados de siglo la balanza se
inclina ya en favor del español.
-
En 1648 la gran epidemia de peste diezmó
la comarca de Orihuela, falleciendo más de la mitad de la población. El gran
vacío demográfico que se creó fue cubierto con nuevos pobladores murcianos, ya
en la segunda mitad de siglo; sin duda esa circunstancia contribuiría también a
la desaparición de la lengua autóctona.
-
En 1707, cuando Felipe V promulga los
Decretos de Nueva Planta, en Orihuela ya hacía décadas que no se hablaba
valenciano.
Del
largo proceso de convivencia y posterior cambio de lengua surgió un rasgo
característico, que aún persiste en la zona: se trata del seseo, fenómeno
consistente en la sustitución de los fonemas -ç y
-z por un fono –s de carácter ápico-alveolar, típico de la población valenciano-parlante
que utiliza el castellano para expresarse.
Producto de su larga
historia, La Vega Baja tiene una gran riqueza de léxico. José Guillén García en
su tesis doctoral El habla de Orihuela
nos expone las principales características del habla comarcal; este autor
ofrece además un completo glosario de voces de la tierra que sería prolijo
reproducir aquí, por lo que para mayor detalle les remitimos a su excelente trabajo.