miércoles, 11 de enero de 2023

REGIÓN PREBÉTICA

 Continuando con lo publicado anteriormente relacionado con el "habla murciana" ofrecemos este nuevo capítulo


     La región prebética comprende un espacio montañoso colindante con el noroeste de la región murciana, formado por las sierras de Alcaraz, Segura, la Sagra y María. Durante siglos, el territorio de la Sierra de Segura estuvo adscrito al antiguo reino de Murcia; se trata de un área de configuración rural con pequeños núcleos poblacionales, en su mayor parte de tipología campesina.

     Con una población dispersa por los recovecos serranos, las costumbres de la comarca, sus tradiciones y léxico presentan características y matices propios. Estamos en un área fundamentalmente yeísta, cuya fonología tiende a la supresión de sonidos y la elisión de consonantes intervocálicas; los trueques de r por l en los infinitivos y la abundancia de apócopes son también aspectos propios de estas hablas. La histórica incomunicación de la zona ha cerrado el paso a nuevas formas de expresión, lo que explicaría los numerosos arcaísmos que allí perduran.

     En los partidos judiciales de Alcaraz y Yeste las terminaciones en ico tienen formas tan particulares como llenetico, toditico, desprovistas de su típica función diminutiva, ya que aquí denotan idea de plenitud, de colmado. También aparece una palabra de ascendencia valenciana y muy empleada en Murcia como es crilla, para nombrar la patata; otro aspecto digno de mención lo constituyen las reduplicaciones fónicas, que dan carácter enfático a ciertas expresiones, como: chichimique, chichiribaile, pipiricoja, quiquiripuesto, titiritar, titiribaile, etc.

     Un rasgo relevante en el habla de estas montañas es la creación de voces expresivas y onomatopéyicas: acasca, acicachar, birimbol, chanfarrá, cherras, chiquilichaque, chospe…

     También abundan términos con significado negativo o despectivo: cagalástimas, calientamanos, callacuece, carapito, cardacuca, cazoletero, cipitonto, cuerpotriste, esmangurrio, fanfarria, farfolla, habichuelo. marrandusco, pavilorio, pierdepueblos, piezafa, piquivano, piquichocho, piquilargo, rabisco, remolón, sandunguero, sartenilla....

     Avanzando por estas tierras llegamos hasta la Sierra de Segura, donde a más de mil cuatrocientos metros de altitud nace el río del mismo nombre; desde Pontones (Jaén) el Segura nace alegre en una gran poza y va atravesando los relieves Béticos por una serie de fallas, camino de la Región de Murcia. Ya en tierras levantinas, el cauce fluvial recorre tres comarcas diferenciadas: Vega Alta, Vega Media y Vega Baja, ésta última perteneciente a la provincia de Alicante, donde desemboca por Guardamar.

Vega del Segura

               La cuenca del Segura vertebra un territorio donde la lengua va evolucionando, a medida que el rio avanza por las distintas comarcas. Así, el dialecto murciano no es totalmente homogéneo en toda la amplitud de la Región; aunque la lengua sea la misma, existen particularidades de léxico, aspectos fonéticos y formas de expresión diferenciadas. El uso de determinados vocablos, giros y locuciones es a menudo la marca identificadora entre los distintos hablantes; son rasgos que en cada sitio adquieren carácter propio, por lo que podemos decir que realmente existen diferentes “hablas”, aunque se mantengan las bases que le confieren unidad lingüística.

     Desde el punto de vista léxico, se podría trazar una línea divisoria regional: teóricamente, la parte oriental del territorio presentaría influencias catalano-aragonesas y valencianas, mientras que en la occidental predominaría el contacto con las hablas manchega y andaluza; no obstante, a la vista del lenguaje empleado en determinados lugares esta afirmación hay que matizarla, ya que su vocabulario recibe influencias diversas.

     En próximas entregas analizaremos las distintas zonas dialectales, tomando como referencia las que establece la Catedrática de Lengua en la Universidad de Murcia, Mercedes Abad Merino.  

 

 Francisco Ramírez Munuera