viernes, 10 de febrero de 2023

DONDE HABITA EL SILENCIO Arquitecturas y territorios

               La CASA BARDÍN, en la calle san Fernando 44 de Alicante, acoge una exposición digna de interés. La constituye una colección de fotografías de Jesús Tarruella González, cuya propuesta al V Concurso ARTE EN LA CASA BARDÍN fue seleccionada. Fue una de las cinco admitidas entre las veintidós que se presentaron. Se ubica en la sala polivalente de la planta baja y en la naya de la primera planta. Y la hemos visitado:

 Arquitecturas perdidas  es la frase que leemos junto a cada fotografía expuesta; y nos viene a la mente aquello de “La España vaciada” sumida en el abandono, en la decadencia. No hay que desplazarse muy lejos para observarlo. Tarruella es de Villena, y nos muestra en la cercanía la degradación de lo espléndido en otros tiempos; así la Casa Fon Negra, la Casa Candel, la Casa almacén de explotación agrícola o la Posada y venta en cañada real, en su pueblo natal, o sin salirnos de la provincia, Casa La vereda en Banyeres de Mariola, la Fábrica de papel de seda, en Lorcha, o El Molinar, o la Fábrica textil en el polígono Sembenet, en Alcoi… o la de carros en Beneixama…




Vemos fotografías, sí, pero su contemplación nos inclina a pensar… ¿Qué nos puede decir la fealdad y el abandono de una casa en ruinas? ¿O de una fábrica asolada, en su día fuente de riqueza? Fueron otros tiempos cuyo esplendor se ha apagado al reconvertirse en actualidad. Ahí quedan para la historia sus restos.

La exposición permanecerá hasta el 24 de marzo, en horario de visita de lunes a viernes de 10 a 14 h y de 16:30 a 20:30 h





                 Fábrica de carros Els Canets I. Benejama


                Interior de fábrica I. Alcoy


F                Fábrica de papel de seda I. Lorcha



martes, 7 de febrero de 2023

DEMETRIO MALLEBRERA, 50 AÑOS Y UN DÍA…

 

    Conocí a Demetrio a primeros de 1984, si no recuerdo mal. Él andaba en la oficina de la antigua Caja de Alicante y Murcia en su pueblo, Monóvar, y al crearse el departamento de Publicidad y Promoción le seleccionaron como “redactor”. Juntos creamos el embrión y después el cuerpo de lo que sería un modelo de comunicación global en el sector de las Cajas de Ahorros, donde nuestros colegas  se sorprendían que existiera una sola área desde donde se dirigiera y coordinara la comunicación interna, la institucional, la de las obras sociales, la financiera, la publicidad,  las relaciones públicas, los patrocinios y la imagen corporativa. En aquella estructura, Deme –como le hemos llamado siempre los compañeros- fue  una pieza fundamental, compensando con su naturaleza serena mi natural temperamento impulsivo.

    Su capacidad redactora se vio pronto adaptada a cualquier medio, a cualquier proyecto: textos publicitarios, que a menudo había que hacerlos comprensivos para un público muy heterogéneo; reportajes para las revistas internas; informes solemnes para justificar determinados presupuestos, y hasta algún que otro borrador de discurso para algún alto directivo. La creatividad –concepto muy utilizado en el ámbito publicitario- de este azoriniano era sorprendente para hacer de una idea un texto atractivo.

    Pronto arrastró a su familia a la capital. Pero si alguien pensaba que iba a “abandonar” su pueblo, se equivocó de cabo a rabo. Su casa y parte de sus libros allí quedó para recibirle en fines de semana, fiestas, vacaciones y parte del verano. Más que irse de Monóvar nos trajo Monóvar a la oficina. Tal cual siguieron sus citas literarias en el Casino, sus tertulias, sus reuniones con amigos, sus visitas a la Casa-Museo y sus contactos familiares que parecía que nunca se había trasladado a Alicante.

    Una muestra palpable de ello fue que seguiría colaborando con cualquier iniciativa local que se le presentara, y que precisara de ponerse ante el teclado. Y en este campo es cuando hay que justificar el titular: Mallebrera cumplió en 2022 cincuenta trabajos publicados en la revista de las fiestas de Monóvar, que en honor a la Virgen del Remedio se celebran en los primeros días de septiembre. Allí ha escrito sus relatos, sus reflexiones sobre el “maestro” Azorín, los aconteceres locales, las referencias familiares, las semblanzas de otros…siempre testigo de su tiempo y de su pueblo, al que tanto ama.

    

     Luis Román (izquierda), hijo de José María Román “Pita”, y Aurelio Ballesteros (derecha), de la         Asociación de Estudios Monoveros, aplauden a Demetrio Mallebrera (centro) tras la entrega del galardón // José A. Palomares

Su amplia trayectoria como escribidor en diversos ámbitos (el publicista, el periodista, el de simple escritor) le fue reconocida por esta Asociación que lo incluyó entre sus miembros en 1988. Pocos somos tan adictos a la pluma y a nuestro origen que podamos presumir de medio siglo de tan especial vinculación; probablemente por ello el pasado año también recibió el IV Premio José María Román por su dedicación y aportación a la cultura monovera, lo que justifica que recojamos ambos hechos coincidentes en nuestro Anuario.

Enhorabuena, amigo; un día de estos nos tomamos un café

Toni Gil


(*) Publicado en el Anuario 2022 de la Asociación de Periodistas de Alicante.