Continuando con lo publicado anteriormente relacionado con el "habla murciana" ofrecemos este nuevo capítulo
Siguiendo por el sur de la Mancha encontramos Fuente Álamo, una pequeña localidad perteneciente a la comarca de los Campos de Hellín. Esta población, que limita con los términos de Montealegre del Castillo, Corral Rubio, Pétrola, Chinchilla, Tobarra, Ontur y Jumilla, ha sido siempre paso obligado entre el altiplano murciano y los Llanos de Albacete.
Fuente Álamo perteneció históricamente al reino de Murcia, siendo incluida por Alfonso X en 1269 dentro del término de Chinchilla de Monte-Aragón; posteriormente pasaría a pertenecer a los Manueles, formando parte tanto del Señorío como del Marquesado de Villena. Como histórico cruce de caminos, la villa tiene un habla que, como dice Dionisia Gómez Sánchez en su obra El habla y las tradiciones populares de Fuente-Álamo participa tanto del murciano como del manchego, lo que confirma su condición de tierra fronteriza.
Al igual que en todas las
zonas meridionales, se tiende a economizar los esfuerzos de habla,
produciéndose aspiración de eses implosivas, relajación de sonoras interiores,
pérdida de consonantes intervocálicas y desgastes fonéticos. Son normales los
cambios por vacilaciones vocálicas, con asimilaciones y disimilaciones de
sonidos que influyen unos sobre otros; asimismo, se dan fenómenos de metátesis,
prótesis, confusión de consonantes, apócopes, cambios de género, redundancias
semánticas, desplazamientos acentuales, etc., que resultan habituales en el
lenguaje corriente.
Del trabajo de Gómez Sánchez nos centramos en el apartado RASGOS DEL DIALECTO FUENTEALAMERO:
- El diminutivo en ico (enanico, sombrerico, piacico) es la forma habitual, al igual que en tierras murcianas, pero el superlativo lo hacen con ismo, (guapismo, carismo, larguismo), que resulta más propio del habla manchega.
- Son comunes las terminaciones en ete, eta (gorrinote, churrete, granete, soguilleta, cagueta, Antoñete), más propias del valenciano.
- Es habitual la ausencia de preposición que rige el término: delante la casa, cerca el mercao, un poco sal, encima la mesa...
- También es peculiar el empleo de conjunción u en vez de o: seis u siete.
- En aspectos sintácticos el hablante suele enlazar oraciones copulativas: “le pegué con un palo y salió echando chispas, y llegó la guardia civil, y…”. Es frecuente también introducir la conjunción pues (pos), para reforzar la expresión: “y yo pos no sabía lo que hacer”.
- Las interjecciones más comunes son: pijo, de extracción claramente murciana y ea, muy manchega y utilizada también por toda la Sierra de Segura, ya en la provincia de Jaén.
Francisco Ramírez Munuera