SENDERISMO
JUBICAM. ÚLTIMA SALIDA DEL AÑO 2014
BIAR:
DEL SANTUARIO AL CASTILLO
El sábado 29 de noviembre ─¡y el tiempo acompañó, hizo un día
primaveral!─ 21 componentes del grupo de Senderismo JubiCAM nos desplazamos al
municipio de Biar, en la comarca del Alto Vinalopó, para recorrer el trazado
urbano de baja dificultad entre el Santuario de la Madre de Gracia, donde nos
dejó el autobús, y el Castillo.
El santuario está situado en uno de los lugares más bellos de la
comarca, la Sierra
de Fontanelles; es de estilo barroco del siglo XVIII y consta de tres naves, la
principal cubierta con bóvedas de crucería y revestida de pinturas. La
decoración en general es neoclásica y la portada de estilo rococó. Realizada la
visita disfrutamos del paseo emblemático por la avenida del Plátano, con su
árbol más representativo, a cuya sombra se conserva la fuente a la que accedían
los lugareños con sus caballerías. Fuimos descubriendo los pozos de nieve con
su característica forma oval y cruzamos el casco histórico muy bien conservado
con numerosos vestigios de su pasado rural. Tuvimos la suerte de que nuestro
guía, Alfonso, encontrara a un buen amigo que tiene allí su casa y nos invitara
a visitarla: extraordinaria toda ella, pues es una cueva incrustada en los
bajos del castillo, que ha ido reconstruyendo con materiales de épocas anteriores
respetando las dependencias originales.
La subida al Castillo se hizo llevadera y sin mayor esfuerzo
pudimos disfrutar las magníficas vistas que desde su atalaya se contemplan.
Como se iba haciendo la hora del “arroz” bajamos por la plaza de la Constitución,
donde se encuentra el Ayuntamiento, y de nuevo, ché que suerte, nos tropezamos
con otra persona, don Miguel Maestre Castelló, quien nos dijo ser el Cronista
Oficial de la ciudad. Nos relató las familias que con el rango de Grandes de
España aquí vivieron y también hizo una exposición detallada del suntuoso
campanario adosado a la iglesia. Sintiéndolo mucho nos tuvimos que despedir de
tan extraordinario cicerone y subimos al autobús que nos condujo al hotel rural
Finca Fanecaes. Tuvimos un trato verdaderamente amable acompañado por un
servicio que estuvo pendiente de todas nuestras peticiones. La comida fue del
agrado de todos por cantidad, calidad y buen sabor. Les prometimos volver a título
personal y familiar, lo cual nos agradecieron.
Todavía con sol iniciamos el camino de regreso y al llegar a
nuestro destino empezaron a caer las primeras gotas de lluvia que durante todo
el día nos habían estado respetando. Magnífico final a la última salida del año.