El
pasado 1 de diciembre de 2015, en la Sede Universitaria de la ciudad de
Alicante, en la calle San Fernando, 40, celebramos una mesa redonda EN DEFENSA
DE LAS HUMANIDADES EN LA EDUCACIÓN, en la actualidad de débil presencia en la enseñanza
media y superior en beneficio de objetivos de formación profesional.
Participaron en ella los profesores Juan Navarro de San Pio, de Instituto, y
José Ramón Navarro Vera y Antonio Mula Franco, de la Universidad de Alicante,
que fueron presentados por el profesor José Ramón Navarro que los calificó como
dos enamorados de la educación.
Con
la colaboración de la Fundación Caja Mediterráneo y la Universidad Permanente
de la Universidad de Alicante, el Foro de Debate, promovido por JubiCam en su
programa, adoptó el formato de mesa redonda en esta ocasión.
Inició
el planteamiento de la cuestión el profesor José Ramón Navarro, de formación
científica, es ingeniero de profesión, mencionando la entrevista a la física
italiana Fabiola Gianotti, próxima directora del Consejo Europeo de
Investigación Nuclear (CERN), el mayor laboratorio de física del mundo, en la
que afirmaba que los estudios de música y humanidades tienen igual valor que
los de física; le dieron cultura y contribuyeron tanto como la física a ser lo
que es hoy. (Puede leerse en el MAGAZINE, con el diario INFORMACION del pasado
domingo 29 de noviembre.) Seguidamente recorrió el devenir histórico de la Universidad,
indicando que el Humanismo en un principio estuvo ligado a la cultura clásica y
a la literatura y que en un principio se impartían en escuelas urbanas, como
disciplinas laicas, cuando las Universidades estaban vinculadas a la teología y
a la metafísica y los estudios humanísticos giraban en torno a la gramática, la
literatura, la filosofía moral y la historia. Citó la obra de Jordi Llovet “Adiós a la Universidad” haciendo referencia
a la frase “El mejor estado de bienestar
común depende de la virtud y sabiduría de sus gobernantes y no de la forma
constitucional del régimen político.” Se buscaba en los antiguos un modelo
de conducta. En torno al siglo XVII, se
fueron escindiendo las enseñanzas de las humanidades de las científicas. La
Ilustración trazó un programa educativo acorde con esa escisión, Encontramos un
ejemplo en la Universidad Humbold, de Berlín, fundada a principios del siglo
XIX, que representa al modelo alemán, en contraposición al modelo napoleónico,
más tecnocrático, inspirador de la escuela politécnica. Salvando las
distancias, el Plan Bolonia sigue este modelo y busca el beneficio de la
instrucción utilitaria y materialmente rentable. Responder a las preguntas que
Laín Entralgo formula, sería el objetivo de un pensamiento humanista: En qué
mundo vivo, con qué me encuentro, con quién o quiénes me encuentro, qué soy yo
en tanto que persona humana y cómo he llegado a ser; y citó la obra de Nuccio
Ordine “La utilidad de lo inútil” para mostrar un concepto muy diferente a lo
neoliberal sobre la pretendida inutilidad de las Humanidades… es útil todo
aquello que nos ayuda a ser mejores personas.
Cedió la
palabra seguidamente al profesor Juan Navarro, que planteó su exposición
señalando el lugar que ocupa la enseñanza secundaria, el estado actual de las
Humanidades en el sistema educativo actual; por qué han sido relegadas las
Humanidades y las alternativas para un posible nuevo enfoque didáctico. Manifestó
su convencimiento de que es en la enseñanza secundaria donde se libra la
batalla más decisiva por la educación. Citó la obra “Elogio de la transmisión”,
de George Steiner y Cécile Ladjali, en la que se expone un intercambio de
puntos de vista sobre el recurso a los clásicos como intento de despertar la
vocación literaria de alumnos apáticos. Nietzsche, en obra “El porvenir de las
escuelas” también detectó la centralidad de esta etapa educativa. La finalidad
del bachillerato no solo consiste en preparar para la universidad sino también
que el alumno pueda caminar por sí solo. La LOMCE, en su opinión, se fundamenta
en valores mercantilistas y competitivos, coincidentes con el planteamiento de
la Constitución Europea. Se está aplicando en Primaria y paulatinamente en la
ESO y el Bachillerato sin ningún consenso político ni social ni educativo.
Suprime la Ética y devalúa la Filosofía, Educación Clásica y la Música, Historia
y la Tecnología. Mantiene la Religión, evaluable, o las alternativas de Valores
Culturales y Sociales, en Primaria, y Valores Éticos, en Secundaria.
Hizo
referencia a otras metodologías y contenidos, auspiciados a finales del siglo
XIX y principios del XX como el proyecto pedagógico de la Institución Libre de
Enseñanza de Giner de Los Ríos en España, que queda para la historia, y los
movimientos de las escuelas Warldorf en Alemania y la renovadora pedagogía de
María Montessori en Italia, que, entre otros, siguen vigentes. Prima en
nuestros días la idea de formación profesional orientada al mercado laboral,
frente a la amplitud e integridad del concepto de educación, ilustrando su
afirmación con la lectura del primer párrafo del capítulo primero de “Tiempos
difíciles”, de Dickens: “—Pues bien; lo
que yo quiero son hechos. No les enseñéis a estos muchachos y muchachas otra
cosa que hechos. En la vida solo son necesarias las hechos...”
Intervino a
continuación el profesor Antonio Mula relacionando FAMILIA, ESCUELA Y MEDIOS;
LA LECTURA. La educación no es algo único de la escuela del instituto o la
universidad sino también de las familias. Las Humanidades nos pueden ayudar en
la búsqueda de valores, a salvarnos. Nos
llevan mucho más lejos de la palabra escrita. Se acercan a nuestros
sentimientos, estimulan la acción, el diálogo y la reflexión personal. “Cultura
es todo aquello que sirve para despertar el alma dormida” (Machado). Las
Humanidades cultivan la sensibilidad, la auto exigencia ética, desarrollan la
personalidad humana y las capacidades de comunicación y de comprensión.
Incidiendo en que educar no consiste solo en dotar de contenidos ni instruir para tener,
sino que es conducir para ser. Somos un elemento integral, no solo intelectual.
La educación pasa por momentos muy críticos, como siempre. Vivimos en un mundo
tecnológico. El hombre debe comprender a sus congéneres, y eso solo se consigue
mediante el conocimiento de las Humanidades. Si fallan, nacen los fanatismos (Ernesto
de la Torre Villar) Las Humanidades proyectan lo que de universal tiene el ser
humano. Las sociedades tienden a infravalorar los estudios humanísticos y desprecian
el enriquecimiento cultural que pueden aportarnos la historia, la filosofía, el
arte, la música, la literatura. Vela Cortina dice que lo que da sentido a las Humanidades,
y un valor social insustituible, es que refuerzan los vínculos humanos, generan
cultura y potencian las raíces valiosas sin que queden desarraigadas. No es
fácil encontrar apoyo a los valores formativos de las Humanidades.
Sorprendentemente la literatura se considera como lujo prescindible. Concluyó resaltando a la familia como núcleo
fundamental donde se forja la persona, sin cuya participación activa el proceso
educativo es inviable. La escuela, los medios y los responsables políticos,
también son elementos clave en este proceso.
Siguió un
amplio e interesantísimo debate