martes, 27 de diciembre de 2022

EL HABLA DE HELLÍN Y TOBARRA

 Continuando con lo publicado anteriormente relacionado con el "habla murciana" ofrecemos este nuevo capítulo


En el límite de la región levantina se encuentran estas dos poblaciones, cuyos municipios constituyen tierras de transición hacia la Meseta; seguimos por tanto en zona que aglutina características lingüísticas manchegas y murcianas, al igual que hemos visto en la vecina Fuente-Álamo. A partir del trabajo de la lingüista Remedios López Jiménez, El habla de Hellín y Tobarra, trataremos de distinguir las particularidades y diferencias dialectales existentes entre ellas citando algunas de las más acusadas:

-         Ensordecimiento y aspiración de la –s, que produce fenómenos de pronunciación: las vecinas= lah fecinah; las botas= lah fotah; las gallinas=lah jauinah.

-         Pérdida de la –d intervocálica, sobre todo en el lenguaje popular: mercado=mercao; estado=estao; arreglado=arreglao; vivido=vivío.

-         Metátesis de –r en determinados vocablos del habla vulgar: pobre=probe; persignar; presinar; Gabriel=Grabiel.

-          La –l final de sílaba interior se pierde en vocablos como: alguacil=aguacil; alpargate=apargate; albarca=abarca. Tambien se da la reducción del prefijo –des, resultando palabras como esconchar por desconchar, eslavazar por deslavazar ó efaratar por desbaratar. 

-         Son habituales los superlativos terminados en –era, como pelambrera, montonera, escombrera.

-         Los diminutivos suelen formarse con –ico, aunque no son tan comunes como en Murcia. Por último, hay que señalar que en todos los estratos sociales la –x se pronuncia como –s. –

-         Tanto en Hellín como Tobarra, el hábito de alocución es bastante reposado y toda la zona es yeísta, aunque éste es un fenómeno cada vez más generalizado.

La actividad agrícola es muy importante en toda la comarca, por lo que sus gentes prestan gran atención a los fenómenos atmosféricos, habiéndose acuñado un vocabulario especial sobre los distintos aspectos del cielo, de los que recogemos aquí una pequeña muestra:     

Boria. Del catalán boira: neblina formada por evaporación del agua 

Carlina. Calima: partículas de polvo en suspensión que se forman en días muy calurosos y cuya densidad dificulta la visibilidad.

Palmera. Nube blanquecina y alargada en forma de palma.

Gorrinos. Nubes blancas, de forma de vellón, diseminadas por el cielo.

Emborregado. Aborregado.

Zorruno. Se aplica al cielo para indicar que está cubierto, y por ello escaso de luz solar.

Cejo. Franja oscura en el cielo, formada por nubes tormentosas.

Nulo. Nublado

Chispainas. Lluvia menuda y débil.

Chamusquina. Aguacero repentino de corta duración.

Tronisca. Acción de tronar larga y continuada.

Escampiar. Escampar, cesar de llover,

Morear. Amainar

Peludo. Helada

Guielo. Hielo

Chuzo. Carámbano de hielo.

Viruje. Temperatura muy fría y desapacible.

Recochura. Ambiente fresco, generalmente en las noches de primavera y otoño.

Refrior. Ambiente frío, de temperatura baja.

Calorina. Calor fuete y sofocante.

Resol. Calor excesivo provocado por la reverberación del sol.

Solanero. Solanera, lugar expuesto al sol, sin resguardo alguno.

Por último, se puede observar que a medida que nos alejamos del levante escasean los posibles vestigios valenciano-catalanes, pero pueden distinguirse formas y variantes murcianas.


Francisco Ramírez Munuera