Presentado
el ponente por Miguel Ballester, dijo que se repite el binomio TOMAS SÁNCHEZ ─
CARAVAGGIO con la pretensión de centrarnos en la obra del pintor, como
continuación al foro del pasado 13 de diciembre de 2016.
Tomás
Sánchez-Pacheco García inicia su exposición señalando que es en el siglo XVII,
de 1600 al 1606, el momento en que Caravaggio produce su mejor obra; se define
como realista, como naturalista. No le convencen esas vírgenes acarameladas del
final del Renacimiento y el manierismo, que cansa. Sí las que aparecen con sus
imperfecciones y vestidas conforme a su época. Hablar de Caravaggio es hablar
de realismo y de naturalismo.
Sitúa
la obra de Caravaggio entre Milán, Bérgamo, Roma (de allí huye por el asesinato
de Ranuccio Tomassoni) con lucha encarnizada que sigue entre dos tendencias:
pro-españoles (Farnesio) y pro-franceses (mayoría de papas) siguiendo su
periplo a través de diferentes estados: Milanesado, Nápoles, Malta y Sicilia.
El
control del mundo de las cortesanas que había en Roma en 1600, provocó la
disputa entre Tomassoni/Caravaggio. Luchan y muere Tomassoni (protegido por los
Farnesio). Caravaggio se refugió en los Colonna y huyó a Génova, controlada por
los Doria, de quienes recibe un encargo por quince mil escudos, sustanciosa cantidad
para la época. Huye de la condena papal a Nápoles, Messina y a Malta.
Las
modelos son mujeres que necesitan dinero. Suelen ser cortesanas. Y Caravaggio
las pinta en busca del realismo/naturalismo, que contrasta con el idealismo
antropológico del Renacimiento. Por eso, aunque pinta lo que le piden sus
mecenas (Virgen de Loreto, la de la serpiente, la Dormición de la Virgen…),
muchas de sus obras son rechazadas por “falta de decoro en las imágenes”; no
hay rostros angelicales. Es el primer gran exponente de la pintura barroca.
En
Caravaggio, la composición es asimétrica, predomina el color y la luz
(tenebrismo), y plasma la visión de la realidad, representa las cosas como son.
Escorzos violentos, encuadres cinematográficos.
En
la exposición se analizaron alguna de sus obras, especialmente las de la 3ª
época: Nápoles, Sicilia. En ellas, las figuras son reflejo de sus temores;
Nápoles, por entonces es una de las ciudades más grandes de Europa. Hay mucha
riqueza pero también mucha pobreza. Y es lo que veremos en la obra de
Caravaggio. Sin embargo, se le rechazan muchas obras.
Nos
mostró en la pantalla “Los discípulos de Emaús” descubriéndonos algunos
detalles: los distintos enfoques de luz, la actitud del mesonero, las ropas
descuidadas, el escorzo, el significado de la figura de Jesús, de rostro sereno
y sin barba, que representa al hombre y a la mujer y significa la salvación… la
instantaneidad.
Igualmente
pudimos apreciar detalles de “La dormición de la Virgen”, rechazada en su
momento, entre otras cosas por la modelo que tomó para representar a la Virgen,
que finalmente adquirió Rubens para el duque de Mantua. También de “La Virgen
del rosario”, “Cupido dormido”, “La Madonna de la serpiente”, “La Virgen de
Loreto” (o de los peregrinos) y algunos otros.
Tras diversas e interesantes
intervenciones concluyó la sesión con un mayor conocimiento de Caravaggio,
personaje provocador, y también de su obra.