Sería seguramente en el año 2005 cuando el director de la
Obra Social de la Caja del Mediterráneo, Carlos de la Torre, me dijo que en los
sótanos del edificio de Oscar Esplá había tres “gastones” de enorme tamaño, y
allí nadie podía disfrutar de estas obras del pintor alicantino.
Fotografía de J.V. Pérez.
La primera de ellas era “La Divina Providencia”. Debe tener
casi cinco metros de ancho y más de dos de alto. El título tiene origen en que
debió encargarse en 1956 para la capilla del Hogar Infantil de la misma
denominación que un cura inició en Jumilla, y que acabó constituyéndose en obra
social de la Caja del Sureste (en 1950), hasta transformase en1962 en
Taller-Escuela de Formación Profesional, también financiada por los beneficios
de la entidad de ahorro. Parece que cuando dicho centro pasó a ser público y trasladado –en los años 70- la
capilla debió ser desmontada y el cuadro retornó a Alicante, aunque fuera a los
almacenes de la Caja. Pensé que un lugar adecuado podría ser
la actual Basílica de Santa María, cuyo responsable entonces era el sacerdote
Antonio Vivo. Estuvo de acuerdo en recibir la obra, y aunque yo ya no intervine
en la firma del convenio (porque me jubile)
sí fui a verle meses después a ver en qué espacio se había situado.
Estaba en la sacristía, con otros elementos amontonados, a la espera de que el
templo terminara de ser restaurado.
He tardado más de diez
años en volver, ahora que supe que se podía visitar la basílica con audioguía,
y con unos colegas hemos realizado el recorrido “casi completo”, pues aun hay
un par de espacios no visitables. La obra de Gastón Castelló está en la sala
denominada “Tesoro”, en perfectas condiciones de luz y visibilidad. Sólo una
queja: en la tarjeta con los datos de identificación no consta la procedencia
de la tela. La propietaria cedente
-sería la actual Fundación Mediterráneo-
no aparece como puede comprobarse. La entrada, fuera de horas de culto,
cuesta 6 euros (5 para jubilados, escaso descuento), pero merece la pena ver el
esplendor del edificio aunque uno no sea practicante.
Poema del mar y Folclore alicantino. Óleos sobre lienzo,
330x265 cm. Colección Banco Sabadell. Archivo fotográfico MUBAG.
Y de forma similar, otros
dos “gastones”, que reflejan estampas populares, ambos de formato vertical que
difícilmente podían instalarse en espacios de menos altura, fueron cedidos al
MUBAG, donde hoy resisten al paso del tiempo en las escaleras de acceso a las
plantas superiores. Recuerdo que Joserre Perezgil me facilitó el contacto
adecuado para realizar la propuesta, y poco después –yo, ya jubilado- se debió
firmar el acuerdo y ahí están para deleite de los visitantes a nuestro
museo. Como me confirman desde el propio
museo, las obras, procedentes de la Caja del Mediterráno, en la actualidad
forman parta de la Colección del Banco Sabadell.
Foto de T.Gil.
Y hay un cuarto “gastón”,
cuyo destino actual desconozco. Siendo yo responsable del archivo histórico de
CAM recibimos la propuesta de adquirir una obra que se encontraba en pésimas
condiciones (estaba cuarteada por los dobleces de años malamente guardada) pero
que constituía un singular referente de los antecedentes de la CAM. Como puede
apreciarse nos recuerda el mural existente en la antigua Estación de Autobuses,
aunque obviamente recoge las dos provincias donde actuaba la Caja del Sureste
(véase abajo a la derecha su símbolo): Alicante y Murcia, con detalle de las
poblaciones donde la entidad disponía de sucursales. Fue restaurada con destino
a ser expuesta en un futuro museo de la historia de la CAM que nunca llegó a
crearse. No pudimos concretar si fuera una iniciativa de Gastón Castelló, un
encargo frustrado, pero en todo caso con todos los expertos a quienes
consultamos la obra parece datarse en los inicios de los años 60.
Hace unos días he llevado
a unos amigos –antes colegas- a tomar una cerveza al Mercado Central, a cuatro
pasos del banco donde la figura del
artista acepta ser objeto de fotografías y selfis
con su proverbial bon vivant como yo
le recuerdo paseando por los alrededores. Y me ha recordado la conveniencia de
que sus obras –todas- deber ser referenciadas respetando el contexto en el que
las creó. En la CAM aún había algunas más, entre ellas varias en el salón del
Consejo en el edificio de la calle San Fernando –hoy sede universitaria- que
puede visitarse tras realizar alguna gestión. Pero es justo recordar que el
citado De la Torre tuviera la iniciativa de sacar de los sótanos las tres
primeras para deleite de alicantinos y foráneos; y yo me apunto el tanto de
haber sido siquiera actor secundario.
Publicado en la Hoja del Lunes de la Asociación de
Periodistas de Alicante el 20-02-23.