sábado, 18 de febrero de 2017

COMENTARIO AL CVII FORO DE DEBATE. CONOCIMIENTO DEL OTRO, LA EMPATÍA Y EL COMPORTAMIENTO DE AYUDA




     El pasado martes día 7 de febrero celebramos el  CVII Foro de debate, cuya ponencia corrió a cargo del doctor Antonio Vallés Arándiga. Fue presentado por Rafael Olivares destacando, además de su amplio currículo, sus cumplidas intervenciones desde el año 2008 en nuestros Foros de debate.

     El doctor Vallés Arándiga Inició su ponencia hablando sobre la Teoría de la Mente, ToM, que también podría llamarse razonamiento, memoria y atención, como capacidad de conocer a los demás. Poseemos neuronas especulares, responsables de la empatía; si además interviene nuestra voluntad podemos ayudar a los demás. Mediante esa capacidad innata que desarrollamos podemos conocer las expectativas de los demás (ya sé de qué pie cojea) y tratamos de “adueñarnos de lo que su mente piensa.” La ubicamos en el córtex frontal y sirve para reducir la incertidumbre después de obtener información visual y verbal de otra persona.

     La ToM difiere de la intuición, que es una información que entra en nuestro cerebro sin tener plena conciencia de ello. La ToM  utiliza el conocimiento intuitivo para tratar de averiguar lo que los demás piensan.. Todo lo que pensamos para con nosotros lo aplicamos a los demás para tratar de obtener información. En ese proceso intervienen la parte cognitiva, la motora y la emocional al objeto de evitar que el desconocimiento del otro nos pueda ocasionar inquietud y más cautela.

     Empatía: es una reacción emocional coherente en sintonía con nuestro interlocutor. Inicialmente es reactiva, no consciente. Se avanza hacia un componente intelectual de comprensión y preocupación empática que desemboca en simpatía, malestar o angustia personal. Ante esto aparece la ECPATÍA, o distanciamiento emocional protector, que limita el grado de angustia personal que compartimos empáticamente con nuestro interlocutor; como un control sobre el estrés empático y la alegría empática.

     Existe una empatía disposicional, inherente, de arraigo, y otra situacional o diferencial según situaciones; con dos dimensiones: la parte expresiva, que proyectamos, y la parte sentida. (Expuso claros ejemplos para la comprensión de una y otra, como también sobre la empatía simbólica, llamada también fantasía (reacciones emocionales con protagonistas imaginarios en novelas o cine).

     Capacidad de mentalización (proceso empático complejo) en la parte afectiva que consiste en identificar las emociones del otro: alegría, tristeza, miedo, enfado, sorpresa y asco… y expresarlas también con nuestra capacidad expresiva. Por tanto, el proceso empático es mucho más complejo que “ponerse en lugar del otro”.

     Habló de las Neuronas espejo que  provocan un comportamiento imitativo, base de la empatía y probablemente activen procesos más complejos como la  moralidad; de la conducta pro social: “Hoy por ti mañana por mí” (se espera, llegado el caso, una compensación, un beneficio recíproco) que hay que diferenciar del altruismo, que no pretende nada a cambio, salvo la satisfacción personal. Un estudio de la UMH sobre estos comportamientos pro sociales, (ayuda verbal o física, dar y compartir, consuelo, comportamientos gratificantes como alabar, saber escuchar…) muestra estabilidad emocional y niveles inferiores de ansiedad en personas que la practican. Toda conducta altruista es pro social, pero no toda conducta pro social es altruista. Siguió analizando los comportamientos de la ayuda, sus motivaciones y el ejercicio de voluntad necesario.

     Foro interesantísimo, con una exposición diáfana que propició el coloquio posterior con numerosas intervenciones.

     Dispondremos de más información en el habitual comentario en el próximo Boletín JubiCam.