lunes, 25 de septiembre de 2023

LAS HABLAS MURCIANAS- LA COSTA

 Siguiendo las publicaciones anteriores referentes a las hablas murcianas ofrecemos este nuevo capítulo referido a La Costa

LA COSTA

    Esta comarca comprende gran parte del litoral murciano, con un eje principal que iría de Mazarrón a La Unión pasando por la ciudad de Cartagena y las sierras mineras; se prolonga por la Ribera del Mar Menor, la albufera que se encuentra separada del Mediterráneo por la restinga de la Manga hasta llegar al caserío de El Mojón, que marca el límite actual con la provincia de Alicante. El interior de esta extensa área constituye el Campo de Cartagena, un vasto espacio de 1.600 Km²  que con el tiempo pasó de las grandes explotaciones de secano a los cultivos de regadío.

    Es preciso dar un repaso histórico para esbozar la idiosincrasia cartagenera, forjada durante siglos por las distintas civilizaciones que habitaron estas tierras. Los cartaginenses, tras su derrota en la Primera Guerra Púnica, abordaron la conquista del sur peninsular y fundaron ciudades como Qart-Hadast, erigida sobre la antigua Mastia del Imperio Tartésico. 


Plano del sitio de Cartagena

    La nueva urbe se emplazaría sobre una colina para facilitar su defensa, contando además con un gran puerto natural que la comunicaba con Cartago. Sobre ella escriben importantes personajes clásicos:

-          Tito Livio habla de la importancia que para los Bárquidas tuvo la ciudad, diciendo que se constituyó en “el bastión, el granero, el erario, el arsenal, el depósito y el refugio de todas sus empresas”.

-         Polibio describe las minas argentíferas como uno de los bienes más codiciados por Roma. A esta riqueza minera se sumaban las procedentes de la agricultura y la pesca; su importancia llevaría a Publio Cornelio Escipión a tomar Carthago Nova, tras un corto asedio a la ciudad, magistralmente descrito por el historiador de Megalópolis.

    En época romana el enclave fue uno de los centros portuarios destacados para el intercambio y comercialización de productos. Estrabón mencionó la abundancia de talleres para preparar salazón de caballa, siendo el garum sociorum de la zona un alimento muy apreciado en la antigua Roma; además, en los alrededores de Cartagena se encontraba el Campus Spartarius, del que se extraía el esparto utilizado en la industria naval. A principios del Imperio la urbe alcanzaría su mayor riqueza y a finales del siglo III Diocleciano la convertiría en capital de la provincia Cartaginense.

    Posteriormente, ya en el siglo V, Carthago Espartaria fue devastada por la invasión bárbara y la ciudad languideció hasta el punto de que, al producirse la conquista musulmana, el sitio se había convertido en una aldea de pescadores. No obstante, en los últimos tiempos de la dominación islámica refloreció la actividad comercial de la madinat Qartayanna, como la llamaron los árabes; su puerto era salida natural hacia las costas magrebíes, enlazando con plazas como Argel, Orán y otros puertos norteafricanos.

    Cuando Castilla quiso hacerse con el reino hudita de Murcia y lograr con ello una salida al Mediterráneo, Cartagena se opuso a lo estipulado en el tratado de Alcaraz, al igual que hicieran Lorca y Mula; finalmente, en 1245 la ciudad sería tomada por el infante don Alfonso. Tras la conquista castellana, Fernando III reconoció los derechos de Cartagena, reinstauró su antigua sede episcopal y respetó el amplio término concejil que había tenido bajo el dominio musulmán: el propio de Cartagena y La Unión, más parte de los de Mazarrón, Fuente Álamo y Los Alcázares. 

    Desde la antigüedad fue muy importante en la zona el aprovechamiento de los recursos marinos; siglos de industria marinera crearon un vocabulario especializado, que el gremio cartagenero de pescadores mantiene como jerga distintiva. Recogemos aquí una muestra de voces relacionadas con el mar, las artes y accesorios de pesca, tomado del Diccionario popular de Cartagena y su comarca: 

Abambao, abora, abejorro, abrujao, acansinao, acoquinao, adán, agarejo, aguaeras, aforro, ajo, aladroque, alargue, albacoreta, alga, alhucema, aliacán, almadrabeta, almetán, alpetón, alzaboga, amarre, anca, aperaor, aposta, armao, arte apeao, arte chirretera, arte de aire, arte de arrastre, arte de canto, arte de cerco, arte de jareta, arte de paranza, arte moruna, arte real, arte voluntario, as de guía, banda, boguera, bolerón, boliche, bombillas, bornoe, brumeje, cabeza de sota, cabrecera, caladera, calamento, caloma, cargadera, carná, caseres, citora, coillo, cuerda estroba, culo con cordoncillo, chambel, davante, dogal, espernilles, gallo, gambada, gola, golondrinera, grumeje, güeria, haberío, hierro, insinias, jábega, junta del caserés, juntabanda, lachera, langostinera, liensa, madre, mallero, malleta, manga, mataor, mirafondos, morenal, morrear, nanza, olsera, pájara, palangre, palangre al aire, palangre amantero, palangre fino, palangre marrajero, pana, pantasana, paranza, pata, pedral, pelo, perro, petromán, pinchúo, plancha, potera, puerta, puño, rayo, red casonal, red moruna sardinal, rede, reposaor, salmonetera, sardinal, sorta  suegra, trainia, tramolla, tresmalle, yerro, zurá.

 

 Paco Ramírez Munuera


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