En la mañana
del pasado 3 de noviembre y en el Espacio Camon de Alicante, celebramos el XCV
Foro de Debate. La ponencia, LA LUZ EN LA ATMÓSFERA TERRESTRE. LOS COLORES DEL
CIELO, corrió a cargo de nuestro compañero Juan Vicente Pérez Ortiz, activo
divulgador de la Astronomía perteneciente a diversas sociedades astronómicas y
promotor y director de la construcción del Observatorio Astronómico y Aula de
Astronomía “Los Molinos”, de Crevillente, de la Caja de Ahorros del
Mediterráneo. Cabe recordar que la celebración de este Foro obedece a la
proclamación del año 2015 como AÑO INTERNACIONAL DE LA LUZ Y LAS TECNOLOGÍAS
BASADAS EN LA LUZ por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Presentado por
Rafael Olivares, inició la ponencia definiendo la luz como onda y como partícula, según su comportamiento. Para la
conveniencia de su disertación la consideró como una onda. Las de sonido
necesitan un medio para transportarse, al contrario de las de la luz o las
electromagnéticas, que no necesitan ninguno para avanzar; se originan en el sol
y se desplazan en el vacío a 300.000 Km/segundo. En el núcleo solar, la reacción
de un positrón (antimateria del electrón) y un electrón genera un fotón de
rayos gamma, que por radiación sale del núcleo solar perdiendo energía y alargando
su longitud. Su espectro, en diferentes longitudes comprende las de radio,
microondas, infrarrojos, ultravioleta, rayos X y gamma, con aplicaciones
prácticas en nuestra vida ordinaria, y cósmicos.
Reflexión, refracción
y dispersión son sus propiedades. La interacción de la luz solar con la
atmósfera es la que provoca los llamados foto—meteoros.
La atmósfera está compuesta en su mayor parte por aire, vapor de agua y polvo.
El vapor de agua en suspensión puede estar en estado sólido, líquido o gaseoso.
Su interacción con la luz genera estos fenómenos. Por la ley de difusión o
esparcimiento el cielo es azul porque es el color de menor longitud de onda.
Donde no hay atmósfera hay oscuridad.
La refracción
produce los espejismos. El polvo en la atmósfera hace que en los crepúsculos
aparezca el color rojo. Los rayos crepusculares y anticrepusculares tienen su origen
en la dispersión de la luz. El agua en la atmósfera es el origen del arco iris,
del arco de niebla y el espectro de Broken. Y el hielo en la atmósfera, en las
nubles altas, los Cirros, de iridiscencias. Las Coronas y los Parhelios, aunque
se producen en las regiones heladas, en ocasiones se pueden divisar en
Alicante. Otros fenómenos, como las auroras polares, tienen que ver con el
llamado viento solar, formado por partículas cargadas de masa, que es desviado
hacia los polos.
Toda su
disertación la ilustró con bellísimas imágenes de estos fenómenos espectaculares
que solo la naturaleza nos puede proporcionar.
Al interesante
turno de preguntas que siguió, Rafael Olivares anunció que el próximo foro se
celebrará en la Sede de la Universidad de Alicante en la calle San Fernando 40,
el martes día 1 de diciembre y a las 8 de la tarde.
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