Continuamos las publicaciones de nuestro compañero Paco Ramírez Munuera con referencia al "habla murciana"
La profesora Muñoz Hernández utiliza la forma Lo de para referirse a heredades,
escribiendo Lo de Reig o Lo de Vigo, aunque también cita Lo Reche, Lo
Montanaro, Lo Capitán, diciendo de estas últimas que son las formas populares
de nombrar las haciendas. En esta zona encontramos denominaciones con la misma
estructura que los topónimos cartageneros, pero ya no cabría explicarlas por
economías de habla.
Lo Capitán es una finca cuyo nombre figura
grabado en la fachada de la casa, junto a su escudo de armas.
Fuente: De la Marquesa
a Los Montesinos
En Lo Capitán vemos el nombre registrado de
esta forma aparentemente anómala: en castellano resulta sintácticamente
incorrecto escribir Lo Capitán, Lo Montanaro o Lo Reche, para referir una
pertenencia. No es extraño que Muñoz Hernández utilice la forma Lo de, o Finca
lo de, para nombrar estos sitios; también indica Lo Reche, como “forma local de
denominar la hacienda Lo de Reig”. En cuanto a Lo Blanch, cita una escritura de
compra-venta, cuyo contenido extractamos:
D. Francisco Jofre de la present Ciutat de
Oriola vehy e habitador Gratis et cetera cum presenti erga ven lluira a seus
quasi lluira a Jaume Blanch mercader de dita Ciutat de Oriola habitador qui es
present et cetera e aliis suis, un tros de terra campa que esta en lo camp y
terme de la dita ciutat en la partida de les Salines... Lo qual tros de terra
campa li ha pervengut al dit venedor ab acte de Establiment y Gracia...
Este documento escrito en valenciano resulta muy
valioso, ya que en él aparece el artículo lo
para señalar lo camp (el campo) y Lo qual tros de terra (El pedazo de
tierra); ello explicaría su aparición delante del onomástico del dueño, para
designar la propiedad. Es más, la autora repara en que:
… la hacienda de Blanch limitaba con la de
Diego Montesinos, lo que nos permite afirmar que en el siglo XVII ya existía
esta finca, en la que se asentó el vecindario que dio lugar al pueblo de Los
Montesinos. Otro tanto ocurrió con la
de Jaume Blanch, que hoy conocemos como barrio de “Lo Blanc o Lo Blanque”. La misma apreciación podemos atribuir a la
finca Lo de Reig, denominada coloquialmente Lo Reche.
El comentario tiene varios aspectos que
merecen ser considerados:
1.
Estamos
ante las denominaciones originales de los topónimos Lo Blanc y Lo Reche, tal
como se nombraban en el antiguo reino de Valencia. De ello queda constancia también en Tirant lo Blanch, la famosa obra de
Joanot Martorell; con el paso del tiempo se tendió a poner la denominación de estos
lugares en español: los de procedencia castellana como Montesinos tendrían una
evolución natural, obteniendo como resultado Los Montesinos.
2.
La
evolución de los apellidos de origen valenciano-catalán habría sido distinta:
el Blanc valenciano se castellaniza como Blanque, al igual que Reig devendría
en Reche, Puig en Puche o Roig en Roche. Otro tanto ocurre con las haciendas,
que han visto convertido en neutro su original artículo masculino, a la vez que
añaden la partícula de; se obtendrían así Lo de Blanc y Lo de
Reig, como formas de indicar su pertenencia.
3. La convivencia de estas nuevas acepciones con sus formas “coloquiales”
es indicativa del gran arraigo que mantienen los nombres originales. Pero al
conservarse la partícula medieval lo su
castellanización resulta forzada, haciendo flaco favor los topónimos
resultantes a las heredades que mencionan; para evitarlo se apela a formas como
Finca lo de Reig. Aunque Lo Reche
era el nombre valenciano del predio, su castellanización a Lo de Reig
quizás no acabara de “poner en valor” la hacienda.
Creemos que estos hallazgos dan una
explicación coherente a la problemática planteada en el Campo de Cartagena: la
composición de onomásticos geográficos precedidos de Lo no se debería a que el habla murciana abreviara la forma de
designar lo de Alguien, sino a que
conservan su estructura original. En valenciano es normal el uso del artículo
determinado con nombres propios, pero en castellano puede resultar demasiado
coloquial, cuando no ordinario.
Hemos tenido que salir del perímetro de la
Región de Murcia para vislumbrar la génesis de esta particular forma de
denominación. A veces la nomenclatura toponímica evoluciona: con el paso del
tiempo, algunos nombres de lugar se adaptan al castellano, mientras otros se
mantienen inalterados y llegan a fosilizarse. Esto es lo que ha ocurrido con
los onomásticos geográficos del Campo de Cartagena que mantienen su estructura
original, lo que resulta culturalmente enriquecedor.
Refranero Popular: Cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo
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