jueves, 10 de abril de 2025

SEMANA DE PASIÓN

 

     Ya es primavera y, como cada año, la procesionaria baja del pino para convertirse en crisálida; tras el tiempo cuaresmal, interminables caravanas de vehículos recorrerán nuestra geografía y largas hileras de penitentes desfilarán por sus vías.  Pronto en pueblos y ciudades veremos las devotas carreras procesionales; estos cortejos pasionales se asemejan a estirados renglones de esclarecidos pregones, aunque procedan de distinta autoría y muy diversa sea su caligrafía. A saber:

-        Los hay de llana letra castellana, que rezuma sobriedad vallisoletana. Durante la Semana Santa, los cofrades de sus históricas Hermandades forman largas comitivas penitenciales: dignidad, orden, silencio, respeto y devoción son esenciales en la Sede de Castilla y León. El Viernes Santo un pregonero a caballo recorre las calles de la capital del Pisuerga, anunciando la Divina Palabra.

Engalanada con negros crespones, la Plaza Mayor parece rememorar medievales celebraciones, por más que no haya atisbo de Inquisición ni reo alguno sufra persecución. En este impresionante escenario, desde el púlpito de la catedral el canónigo magistral pronuncia su solemne sermón, reflexionando sobre las Siete Palabras que Cristo pronunció durante su crucifixión.

-        Otros desfiles religiosos, como son los de Sevilla, hacen alarde de vistosa grafía redondilla; en la capital hispalense, con gran fervor y devoción, las Hermandades celebran su especial Semana de Pasión. Siguiendo la cruz de guía y llevados en volandas por la marcha penitencial los Pasos cubren la Carrera Oficial, comenzando en la Campana su largo trayecto hasta la Catedral. La saeta flamenca, ese verso lastimero cantado desde el balcón, es fiel distintivo de su copla de procesión. 

                                                   El sol se vistió de luto

y la luna se eclipsó

las piedras se quebrantaron

cuando el Señor expiró 

  - Existe una tercera vía, tomada de la historia profana: una Semana Santa diferente celebra la Eliocroca romana. En Lorca, la ciudad del sol, cofradías que partan el bacalao tan solo hay dos: Blancos y Azules, Azules y Blancos. 

    Entre el blau celeste y un blanco refulgente se puede elegir color para el hato nazareno, pero ¡cuidado con las parejas que comparten techo y lecho! Si ella es albina de la Real e Ilustre Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario y él pertenece a la azulona Hermandad de Labradores de la Virgen de los Dolores, la cosa puede resultar engorrosa; que el pobre labriego tenga templanza y busque posada sin tardanza, porque: ¡con ese atuendo en casa no se entra!, le espetará la aristócrata parienta.

       Los desfiles Bíblico-Pasionales son espectaculares: Montando briosos corceles, unas vistosas amazonas zarandean con gracia sus cascabeles. Sobre engalanada carroza avanza Cleopatra, de su séquito acompañada; tras ella Salomé, por no ser menos, aparece bailando la danza de los siete velos. Sobre su trono aposentado Herodes las mira como embobado, dando dentelladas a un muslito de pollo asado…

    ¿Surrealista, irreverente, libertina? ¡Tal vez, pero así es la singular Pasión lorquina!

-           Elegancia de arte barroco y refulgente brillo tiene en Murcia la gran obra de Salzillo. En la mañana de Viernes Santo, la procesión del Paso morado saca imágenes del insigne escultor murciano; durante la larga carrera los penitentes reviven tiempos pasados, cuando las cofradías ofrecían viandas a los más necesitados. Ya al filo de mediodía, es todo un deleite escuchar el redoble de tambores en la plaza de las Flores. 

   Por San Nicolás seguirá la interminable comitiva, con grandes y destempladas tubas emitiendo su lúgubre sonar; será mucho después, ya hacia el atardecer, cuando dará comienzo la difícil entrada de los Pasos en el templo de Jesús de Nazaret.


Francisco Ramírez Munuera

 

1 comentario:

  1. Estupenda descripción de la variada expresión de religiosidad en la Semana Santa de España, herencia de las disposiciones del Concilio de Trento para sacar a la calle los misterios de la Pasion de Cristo. El Presi

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