Reproducimos artículo publicado en la Hoja del Lunes de Alicante por nuestro compañero y periodista Toni Gil
Me contaron hace tiempo que a principio de la década de los 70 Francisco Oliver Narbona, director general de la Caja de Ahorros del Sureste (antecesora de la CAM) reunió en su despacho a dos responsables, uno de Murcia y otro de Alicante, de la Obra Social. Les dijo que estaban por venir nuevos tiempos en España, probablemente se referiría a la democracia aunque quizás sin citarla, y que con gobiernos de nuevo estilo las Cajas deberían enfocar de otra forma la aplicación de sus beneficios, pues las actividades sanitarias, docentes y otras sin duda serían asumidas por sector público. Les pidió ideas y propuestas. Es verosímil que de aquella conversación naciera la idea de reforzar la ya existente programación cultural, que crecieran la red de aulas de cultura y salas de exposiciones, y posteriormente los proyectos en materia de medio ambiente.
En el caso de la ciudad de Alicante, en el edificio de la calle San Fernando — hoy sede universitaria— se habían realizado algunas exposiciones en la planta baja, existía una pequeña sala de conferencias en la primera, y en la trasera del edificio, calle Rafael Terol, estaba la biblioteca Gabriel Miró. Así que cuando la Caja, para salvaguardar sus intereses, tuvo que hacerse cargo de culminar la construcción del Edificio Alicante se reservó espacio para una nueva sala de exposiciones, las nuevas instalaciones bibliotecarias y una magnífica aula, con varias salas de distinto formato y aforo destacando el auditorio para grandes actos.
El viernes 7 de marzo de 1974 las nuevas instalaciones fueron mostradas a los medios informativos y el jueves siguiente, día 14, bendecidas e inauguradas. El primer concierto corrió a cargo del Orfeón Stella Maris.
Resumir medio siglo de actividad del Aula sería demasiado prolijo para este espacio: conciertos, teatro, congresos, asambleas, cine… cualquier actividad ha tenido cabida, incesantemente hasta 2011, y desde entonces ya de la mano de la Fundación Mediterráneo a otro ritmo. Pero me quedo con la conferencia del profesor Enrique Tierno Galvañ celebrada el 9 de enero de 1976, todo un problema para el Gobierno Civil de la época, con público que abarrotó las instalaciones —se desplazaron autobuses desde varios puntos de la provincia— y a su finalización se generó más o menos espontáneamente una manifestación por las calles de la ciudad, sin incidentes, eso sí bajo la atenta mirada de las fuerzas del orden que no recuerdo que tuvieran que intervenir.
En 1986, en el acto de homenaje a los empleados que se habían
jubilado —entre los que se encontraba el propio Oliver Narbona— se instaló una
placa que dice así:
«Los Órganos Rectores de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia dedican esta Aula de Cultura al Ilmo. Sr. Don Francisco Oliver Narbona en homenaje a su labor como Director General de la Institución y reconocimiento a su decidido apoyo a la función cultural de las Obras Sociales».
La memoria es frágil y conviene refrescarla para evitar su atrofia o manipulación. Enhorabuena, Toni, por tu artículo, que rememora la savia nueva que en tiempos difíciles, de incipiente apertura, aportó el Aula a la cultura. El Aula forma parte de la cultura de Alicante (comentario de Antonio Aura)
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